sábado, 24 de septiembre de 2016

Ya no hay tiempo



Por J. Donadín Álvarez (escritor nacional) *

Categóricamente el hondureño pensante ya expresó su negativa a la propuesta de reelección proveniente de la cueva azul y de la febril imaginación de Manuel Zelaya. El pueblo de lo que menos desea saber es de quienes le han gobernado con tanta desfachatez, cinismo y saña mediante un modelo económico injusto que ha ampliado la miseria de muchos mientras ha enaltecido la opulencia de pocos. Hablar, pues de reelección es apoyar el continuismo de la miseria y seguramente de eso ya nadie quiere seguir probando. 
Sin embargo, ¿por qué hay ciertas personas que se muestran neutrales ante el acoso político y la manipulación electoral que se avecina desde el oficialismo? ¿Qué razón hay para que otros crean a pie juntillas que no importa que se venga la avalancha electoral azul en el próximo proceso electoral el “todopoderoso” señor  Manuel Zelaya puede derrotar al señor Juan Hernández en las actuales condiciones institucionales en el país?  

Amigos, no hay que caer en fanatismos estériles. En arrebatos de emotividad muchos hondureños que adversan la línea política del gobierno de turno han considerado que la reelección es indetenible  ya y que por ello lo mejor consiste en prepararse para arrebatarle el mando a la pandilla azul. Y para lograrlo, aseguran, es en “Mel Zelaya” que está encarnado el triunfo. 

El bondadoso deseo de derrocar a Juan Hernández mediante la vía electoral no debe ser canalizado hacia la figura ya endiosada de Zelaya y considerar que éste último tiene la capacidad para derrocarlo sin mayores obstáculos debido a que supuestamente cuenta con un respaldo popular masivo. Tal idea sólo facilita el camino a los azules. Detener el continuismo de los pitufos es importante pero tampoco se logrará sublimando a seudo opositores. Cualquier idea por bienintencionada que sea si se fanatiza se transforma en veneno.

No es consecuente estar de acuerdo con la reelección solicitando únicamente  una reglamentación clara del proceso de reelección si a la vez se olvida que para lograr esto primero hay que aprobar  la Ley Financiamiento, Transparencia y Fiscalización de las Campañas Políticas orientada a derogar la Ley de Secretos, a que haya rendición de cuentas del Fondo de la Tasa de Seguridad, a eliminar  la Ley de Canje Publicitario pues desde ya los nacionalistas cuentan con esa ventaja al disponer de recursos estatales, entre otras cosas.

En cuanto a las Reformas Electorales el Tribunal Supremo Electoral expresa que ya no hay tiempo. Y la Segunda Vuelta Electoral; ¿es sólo un sueño ilusorio de quienes se han bañado en las límpidas aguas de la auténtica democracia?

Si ya no hay tiempo para asegurar transparencia en el nuevo proceso electoral entonces tampoco se debe justificar ningún intento de reelección presidencial. Desde luego que no. ¡No a la reelección! 


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